La entrevista Avidel Villarreal: Compromiso absoluto con Inmersión total

Redacción
Poder & Crítica

“Hacer conocer al candidato, transformarlo en un atractivo irresistible, exige que nosotros apliquemos un diseño estratégico intensivo y extensivo. No improvisamos”

Tuvimos la oportunidad de entrevistar al Estratega Político, Avidel Villarreal Gálvez, un profesional con más de diez años de experiencia y muchos triunfos en toda América Latina. Su empresa, AVG21, se perfila como una de las más confiables e innovadoras, con un pool de profesionales y expertos consultores de todo el continente. Para el experto todo se reduce a poner el foco en el objetivo de ganar, porque “no hay espacio para la improvisación, porque cuando nosotros asumimos la conducción de una campaña, aplicamos con entusiasmo y disciplina nuestro diseño de cuarta generación”.

¿Por qué un candidato debe apostar por su oferta de servicios?

Porque una vez que nosotros entramos a dirigir la estrategia de la campaña nos dedicamos con intensidad, con carácter de exclusividad. No aplicamos recetas generales. No somos consultores de reuniones cada quince días. Llegamos al sitio, comenzamos a investigar la sociedad y su coyuntura, buscamos conocer a profundidad las razones que movilizan el voto, y sobre la base de una buena base de conocimiento, comenzamos a trabajar en el diseño de una estrategia que sea capaz de crear las condiciones para ganar. Si la estrategia se trata de acumular poder para ganar, nosotros tenemos muy claro que poder es organización, comunicación masiva y control electoral.

Un candidato debe tener aptitudes y ganas. ¿Cuál es su ideal de candidato exitoso?

Todo aspirante al poder debe entender que ser candidato es un rol específico dentro de una campaña electoral. Es una dedicación a tiempo completo que
requiere del despliegue de un conjunto de habilidades y competencias que, muchas veces las tienen, y otras hay que consolidar. Para eso estamos nosotros. No dejamos solo al candidato y lo ayudamos a crecer, en términos de fortaleza y carácter. Nadie es perfecto. Además, no se puede contar con experiencia acumulada en una distinción que puede llegar al final de una larga carrera de servicio público. El líder debe entender que se debe asimilar a una estrategia de campaña, comprender que es a la vez la causa de que se organice un comando pero que forma parte de un esfuerzo que le exige disciplina y mucho compromiso. El candidato debe asumir a plenitud la responsabilidad asumida y ser capaz de designar un equipo de dirección estratégica y trabajar con ese equipo, confiar en el estratega y apostar a un diseño que está pensado para ganar.

Obviamente se requiere del candidato ese compromiso y disciplina. Pero en cuanto a su personalidad ¿qué puedes especificar?

Un buen candidato es un buen líder. Un buen líder tiene que demostrar experiencia, que no es un improvisado. Que puede garantizar el cumplimiento de su oferta electoral porque sabe cómo hacerlo. En eso consiste buena parte de la credibilidad como activo personal. Nadie está dispuesto a seguir a un incapaz. Pero además tiene que ser honesto. Si tiene algo en su trayectoria que le pese, la campaña puede volverse un laberinto de imposibilidades. Por eso una carrera política no se puede inventar de un día para otro. Porque en competencia es seguro que van a investigar su trayectoria y usar en contra todo lo que puedan. Mientras más integridad muestre, más robusta es la oportunidad de triunfo porque permite que la estrategia fluya sin demasiados obstáculos. Esto nos conduce a otra cualidad, la longanimidad, esa combinación virtuosa de paciencia, entereza, coraje y fortaleza de ánimo que le permite enfrentarse a las dificultades, provocaciones o pruebas a las que va a ser sometido en una campaña política. Nosotros ponemos mucho énfasis en preparar emocional y psicológicamente al candidato para que aborde la campaña de la mejor manera posible, y pueda ganar sin llegar exhausto o desgastado.

Esto que nos acabas de definir conduce naturalmente a la siguiente pregunta, ¿Qué tipo de campaña ofreces tú para ganar?

Nosotros ofrecemos una campaña que luego te permita gobernar. No es suficiente ganar. Hay que ganar con la posibilidad de hacer gestión. No tiene sentido ganar hipotecando la gobernabilidad. Por eso hacemos campañas centradas en la oferta de una gestión política eficaz y honesta. Campañas positivas que enorgullezcan a la sociedad. Que no sean un enfrentamiento fratricida que provoque odios irreconciliables. Campañas que no debiliten al candidato. El centrarnos en lo que realmente interesa al elector, el mantener un tono político que agregue poder y respetabilidad, y el responder con serenidad, verdad y trabajo intenso cualquier ataque de los contrincantes, forman parte de nuestra forma de trabajar. Nosotros hacemos campañas para poder hacer un buen gobierno.

La sociedad de masas es algo más que la campaña tradicional. Ahora se habla de marketing político. Tú propones un diseño de cuarta generación. ¿En qué consiste?

El oficio de estratega y la consultoría política se han sofisticado. La nueva realidad comunicacional caracterizada por la interacción en tiempo real ha puesto a prueba todas las versiones anteriores. El circuito es más acelerado. El candidato está mucho más expuesto. Los ciudadanos son más activos y reactivos. Los medios de comunicación tradicional ya no son los únicos mediadores de la opinión pública y nadie puede seguir apoyándose en caracterizaciones gruesas de la realidad social. Vivimos la época de la segmentación fina, y por lo tanto debemos hablarle a cada uno en su idioma y en relación con sus necesidades y expectativas. Se trata de manejar las percepciones y hacer un constante arqueo de las realidades que se fundamentan en imágenes y expectativas realizables. Todos quieren su porción de felicidad. Nuestro diseño de cuarta generación busca calibrar cada significado para devolverlo como una oferta política concreta y creíble. Eso sin olvidar que la realidad política no puede prescindir de la organización, de la capacidad para movilizar, del compromiso de voluntarios y electores, de la necesidad de construir alianzas y ser interlocutores válidos y confiables de las instituciones de la sociedad. Nos referimos a una realidad donde hay partidos, intereses, fragilidades, fortalezas, mezquindades y altruismo que en su conjunto hacen un balance. Conocer esos balances y aprovecharlos es parte de lo que nosotros ofrecemos. No es solo vender un candidato. Hay que hacerlo disponible, cercano y eficaz. No es solo ofrecer, también hay que generar las condiciones para que una mayoría determinante compre la propuesta.

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