Por: Avidel Villarreal
Esta semana fuimos gratificados por un reconocimiento muy especial y valorado por nosotros. En los Premios Napolitan del año 2024 se puso de relieve la validez de nuestro diseño y el compromiso que significa la inmersión total como base ética y metodológica de nuestro trabajo. Cada experiencia exitosa es un aliciente para seguir haciéndolo así. Esa es nuestra marca diferencial. Nosotros nos distinguimos por desbordar las expectativas de nuestros clientes y satisfacer sus demandas.
Varias veces nos ha ocurrido. Llegamos a una campaña como consultores y terminamos coordinando todos los esfuerzos. Esto significa doble responsabilidad, porque además de proponer la estrategia, nos corresponde instrumentarla, tratando de darle toda la sinergia posible a los recursos locales y la presencia de nuestros expertos.
Estas situaciones se plantean porque nosotros tenemos como atributo diferencial un diseño sistémico que nos permite aproximarnos a la realidad política con un conjunto de ventajas para nuestros clientes. Es decir, no nos conformamos con proponer para que otros interpreten lo que estamos planteando, sino que el compromiso va más allá: nos fajamos con el esfuerzo de hacer realidad aquello que recomendamos.
Hay cuatro dimensiones cruciales que nosotros atendemos con particular dedicación. La primera corresponde a las definiciones estratégicas, que son el resultado de un conjunto de investigaciones sobre la realidad política, cuantitativas y cualitativas, que nos permiten hacer conjeturas sobre el humor social, las emociones de los electores y las circunstancias que definen la competencia electoral. Ese abordaje de la realidad se profundiza aun más cuando interpretamos etnográficamente las claves de la discusión social. Sabemos que lo que está en la conversación de la gente es crucial al momento de definir el voto. Por lo tanto, las recomendaciones sobre lo que hay que hacer y decir no son el producto de una receta general, que igual se aplica a una elección en Alaska o una que se está llevando en Atacama, sino el resultado de valorar en cada caso la realidad, sus condiciones y sus determinantes.
La segunda dimensión corresponde al diseño organizacional de la campaña, tomando en cuenta el capital social disponible y los requerimientos de una elección. No es con cualquiera ni de cualquier manera. Hay que integrar a los mejores y a los que verdaderamente tengan la capacidad y la inteligencia emocional que se requieren para desempeñar el rol que se le asigna. Nuestro diseño sortea los obstáculos del clientelismo y del voluntarismo, vicios propios de cualquier esfuerzo para llegar al poder. Además, nuestra mirada integral e integradora permite darle el peso adecuado a cada una de las áreas. Y el que podamos ofrecer una matriz de la estructura, adaptable a la meta y a las circunstancias, permite aligerar el periodo de ensayo y error en el que se pierde tanta energía, recursos y tiempo. En esta dimensión logramos ensamblar la estrategia y la estructura para que operen armoniosamente.
El producto es la tercera dimensión. Me refiero al candidato, que es una imagen, un mensaje, una oferta política, un modelo y un rol dentro de la campaña. Por eso nosotros nos involucramos en un acompañamiento intenso, damos coaching, estamos cerca al momento de resolver las crisis, balanceamos el esfuerzo, salvaguardamos el espacio que deben dedicar a sus familias y al descanso, y nos convertimos en el cercano indispensable que ayuda a la reflexión, promueve el discernimiento, mejora el desempeño y combate los complejos e inseguridades.
La cuarta dimensión es la gestión del desempeño. Nosotros garantizamos resultados. El propósito es ganar la elección, preservar el capital político, comunicar apropiadamente, convocar a los ciudadanos y darle gobernabilidad al país. Son muchas cosas a la vez las que deben funcionar con la precisión de una máquina de relojería. Se investiga, se decide la estrategia, se conforma la organización capaz de instrumentarla, se acompaña al candidato, se comunica, se utilizan medios y redes sociales, se atiende a la prensa y medios de comunicación, se decide la agenda de giras y reuniones, se atienden los requerimientos de recaudación, se administran los recursos, se eliminan los esfuerzos inútiles y redundantes, se sacan del juego las malas ideas y las ofertas engañosas, se hace seguimiento, se gestionan las crisis, se responde a la coyuntura, se responden con certeza y precisión los ataques de la guerra sucia, se contrasta positivamente, se mantiene la atención en los equipos territoriales y de defensa del voto, se prepara el día de la elección y se celebra el triunfo.
Un compromiso de esta magnitud no puede asumirse con una visita al mes teniendo en la mano una lista de chequeo y una presentación llena de recomendaciones rimbombantes e inconexas. Hay que mantenerse en el terreno, tomarle el pulso a la situación y mantener un equipo de seniors muy experimentados que están todo el tiempo haciendo seguimiento y resolviendo las desviaciones. Por eso nuestra oferta es que llegamos y nos quedamos todo el tiempo que sea necesario para hacer el trabajo que ofrecemos con calidad, compromiso y responsabilidad.
Nuestro contrato psicológico es muy preciso en cuanto a lo que ofrecemos y también en cuanto a las recomendaciones. Una campaña no puede confeccionarse como una colcha de retazos. Si alguien es integrado al equipo es porque cumple los requisitos: conocimiento, destrezas, compromiso y lealtad a la estrategia. Las luchas por el poder deben postergarse para otra oportunidad. Desde el primer momento tienen que buscarse la consistencia y garantizarse la disciplina.
Como lo dije al comienzo de este artículo, muchas veces, planteado nuestro modo de proceder, la respuesta es que nos encarguemos de la coordinación. Cuando eso ocurre lo vemos como un primer acto de confianza en lo que proponemos.
Una confianza que honramos con resultados creativos y efectivos. Con nosotros nuestros clientes saben que vamos con todo y vamos en serio. Y que todas las dimensiones de la campaña van a ser atendidas con especial celo y el máximo profesionalismo. Nos involucramos en una relación donde la victoria es un bien compartido y una muy especial forma de aportar a nuestros países.